El hombre, quien aparece en el video con una gorra que lleva la frase “Make America Great Again” (MAGA), popularizada durante la presidencia de Donald Trump, solicita explícitamente la presencia de ICE en la localidad. “¿Podrían venir a Richmond, Kentucky? Para que detengan a estos criminales ilegales que están aquí en Walmart. Los hemos estado esperando para que vengan por ellos”, declara en el video. Además, se muestra dispuesto a colaborar con las autoridades para señalar a las personas que, según él, se encuentran en el país sin autorización legal.
Preocupación entre las comunidades de migrantes en EEUU

En el video, el hombre no solo solicita la intervención de ICE, sino que también utiliza un lenguaje ofensivo para referirse a los migrantes.
El video fue retomado por Carlos Eduardo Espina, un creador de contenido conocido por su trabajo en apoyo a la comunidad inmigrante en Estados Unidos. Espina lamentó que existan personas que, según sus palabras, tienen “odio en el corazón” y atacan a los latinos. Su intervención ha contribuido a visibilizar el impacto que este tipo de discursos tiene en las comunidades migrantes, especialmente en un momento en el que el debate sobre la inmigración sigue siendo un tema central en la política estadounidense.
Además de la reacción de Espina, numerosos usuarios en redes sociales expresaron su indignación ante el comportamiento del hombre en el video. Algunos señalaron que este tipo de actitudes no solo fomentan la división social, sino que también pueden poner en peligro a las personas señaladas, independientemente de su estatus migratorio. Otros, sin embargo, defendieron el derecho del hombre a expresar sus opiniones y a reportar lo que considera una violación de la ley.
Cómo el miedo se apoderó de toda una comunidad

La publicación del video se da en un contexto durante el cual las comunidades migrantes tienen miedo incluso de salir a las calles. Tal y como reportó The New York Times, en una iglesia de Charlotte, Carolina del Norte, un tercio de los feligreses habituales no asistieron.
“La histeria está fuera de control”, aseguró Patrick García, director ejecutivo de Embrace All Latino Voices.
En Park Plaza, una peluquería de Los Ángeles, durante la tarde, únicamente había un cliente, cuando lo normal es que la mayoría o la totalidad de las 10 sillas con que cuenta el local estén ocupadas.
“Todo el mundo está aterrorizado y no quiere gastar dinero porque no sabe lo que les podría pasar”, lamentó José Anguino, dueño del negocio.