(Prensa Cátedra Flotante). No pude saborear el Pan Nuestro de Cada Día está mañana al enterarme de la muerte del Insigne Profesor Gaetano Bosignore quien venía padeciendo una visible desnutrición y sentí que ese pedacito de pan, quizás, le hizo falta.
El profesor de Ingles, egresado de la Escuela de Idiomas del Pedagógico de Caracas, pedía limosna a sus amigos en las cercanías de la Escuela República de Panamá ubicada en El Cardonal, parroquia La Guaira. Uno repasa su impecable trayectoria docente, y gremial, y da la sensación de que todos sus colegas le fallamos aunque el argumento sea que todos estamos pasando por igual o peor situación.
Es difícil conseguir un gremialista de la talla de Gaetano Bosignore que siempre tenía esa palabra a flor de labios que nos animaba porque siempre se referían a la calidad de la educación y cláusulas del Contrato Colectivo en benefició del sustento de maestros y profesores. Gaetano el de estatura respetable y vestir elegante, el del saludo cordial y respetuoso, el fiel practicante de La Moral y las Luces no debía morir de esa penosa enfermedad de los nuevos tiempos que tiene el sello de la indiferencia y el desprecio.
Y para que sirve dar clases de ciudadanía y solidaridad toda una vida para ni siquiera recibir un día, una semana, un mes o un año esa mano de la confianza y la fe que necesita un jubilado de la estirpe de Gaetano Bosignore?. Él estaba recluido en el Hospital José María Vargas y por las redes sociales pedían auxilio por la ausencia de respiradores.
Esa Acta de Defunción debe decir que. murio de: «Ese es tu Peo», una novedosa causa mortal que produce en la existencia: La indiferencia y La Soledad.
Jose Ignacio Laya