El balón elegido por la UEFA cuenta con un sistema de suspensión en el centro de la pelota alberga y estabiliza un sensor de movimiento de la unidad de medición inercial (IMU) de 500 Hz, que funciona con una batería recargable, que se puede cargar por inducción. El sensor estará anclado a la pelota por unos tensores.
Las cámaras (29) capturarán el movimiento de los jugadores que determinarán el momento exacto y punto de contacto entre el jugador y el balón. Incluso, los sensores pueden determinar si el balón es tocado con la mano u otra parte del cuerpo.En esta Euro habrá un VAR, junto con dos árbitros asistentes de vídeo (AVAR) y tres operadores de vídeo. Para ello se han construido cuatro Salas de Operaciones de Vídeo (VOR) en el Football Technologies HUB (FTECH HUB) del International Broadcast Centre de Leipzig.
El SAOT permite a los equipos de VAR determinar situaciones de fuera de juego de forma rápida y más precisa, gracias a diez cámaras especializadas instaladas en el estadio que rastrean 29 puntos corporales diferentes por jugador. Introducido en la UEFA Champions League en 2022, el sistema se integra con el Connected Ball de la EURO para identificar inmediatamente el punto de contacto con el balón de las situaciones de fuera de juego analizadas.
La UEFA ha instalado el sistema Goal-Line Technology (GLT) en todas las sedes del torneo. El sistema está en uso en UEFA desde 2016, despliega siete cámaras por portería, utilizando un software de control para rastrear el balón dentro del área de portería. Mediante técnicas de procesamiento de visión y software, el GLT indica si se ha marcado un gol en el primer segundo de la acción, gracias a una vibración y una señal visual en el reloj de cada árbitro.Lejos quedan aquello balones que se deformaban con el toque de los futbolistas, a los que el viento marcaba la trayectoria o los que se empapaban y se volvían impracticables. El exterior del Fussballliebe no se queda atrás en la aplicación de la tecnología, en esta ocasión de la mano del diseño.
20 piezas exteriores y ranuras de relieve estratégicamente colocadas en la carcasa exterior fueron probadas tanto en el laboratorio como en el campo para controlar el flujo de aire sobre la pelota y obtener la máxima precisión. Adidas tampoco ha olvidado a la hora de elaborar el balón la sostenibilidad de los materiales empleados. La gama más alta del que será el gran protagonista de los próximos días cuesta 150 euros.