En un trágico suceso ocurrido al mediodía de este miércoles 18 de diciembre, una familia perdió su hogar, ubicado en el sector 5 de julio, parte alta de Quebrada de Germán, parroquia La Guaira, tras un incendio que consumió su vivienda, y a su vez todas sus pertenencias.
Delmira Ojeda, auxiliar de enfermería y madre de un niño de 8 años con condiciones especiales, y una pequeña de 3 años, relató la angustiante experiencia vivida cuando el fuego estalló en su hogar.
El incendio se originó alrededor de las once y media de la mañana, mientras la familia se preparaba para recibir una bolsa de alimentos del programa «Visión Misericordia». Un cortocircuito en los cables eléctricos provocó que las llamas se extendieran rápidamente, alcanzando los colchones y otros muebles.
«Estábamos metidos aquí en la casa, y cuando nos dimos cuenta, todo estaba en llamas», compartió Delmira entre lágrimas, acompañada de los dos infantes.
La desesperación fue abrumadora; los miembros de la familia intentaron escapar mientras luchaban por apagar el fuego. «Logramos sacar la bombona para evitar una explosión, pero no encontrábamos la llave para abrir la puerta», recordó Delmira. Aunque los vecinos acudieron rápidamente en su ayuda, los bomberos llegaron tarde al lugar del incidente.
Delmira hace un llamado urgente a las autoridades locales, incluyendo al coronel Suárez Maldonado y al presidente Nicolás Maduro Moros, pidiendo asistencia no solo con alimentos sino también con una vivienda donde ella y sus hijos puedan refugiarse. «Estoy durmiendo en una plaza con cartones pelados. Necesito ayuda», imploró.
Como auxiliar de enfermería, y madre de un niño con condiciones especiales, Delmira enfrenta desafíos adicionales en esta difícil situación. «Invito a todos a que se pongan una mano en el corazón y ayuden a quienes lo necesitamos», concluyó.
Por su parte, Ángelo Blanco, padre de la familia y obrero de las cuadrillas de la alcaldía, vió como seis años de recuerdos se vieron reducidos a cenizas en cuestión de minutos. «De verdad me siento muy triste, pero le doy gracias a Dios porque tenemos a nuestros hijos y mi esposa vivos», expresó.
Blanco, se mostró visiblemente afectado. «Soy el único que trabaja, porque mi esposa se dedica al hogar y ahora no sé cómo vamos a salir adelante. Necesitamos ayuda para reconstruir nuestras vidas», suplicó, pues la responsabilidad de sostener a su familia y la incertidumbre sobre el futuro lo agobian.
La comunidad ha mostrado solidaridad ante esta tragedia, pero se requiere apoyo adicional para garantizar que esta familia tenga un lugar seguro donde vivir.
Desde La Guaira