Pero llegar a esta conclusión no fue fácil. Durante 18 meses el ente acusador recolectó y presentó pruebas en los estrados, entrevistó a testigos, escuchó las versiones de Poulos e hizo toda clase de averiguaciones para poder determinar qué fue lo que pasó la noche del 22 de enero de 2023 en el apartamento 802 del exclusivo edificio Capadocia.
Sin embargo, y aunque las pruebas parecían contundentes desde el primer momento, incluso con una aparente confesión de Poulos en medio del juicio oral, la realización de la diligencia judicial se vio retrasada en varias ocasiones porque la defensa y el señalado aseguraban que no “había garantías” para poder demostrar su inocencia, empezando porque no contaba con un traductor oficial al que Poulos le pudiera entender plenamente.
En medio de las audiencias, la Fiscalía le pidió al juez condenar a Poulos a 60 años de cárcel por los delitos de feminicidio agravado en concurso con alteración, destrucción y ocultamiento de material probatorio. Así las cosas, el juez del caso determinó, luego de un extenso análisis, que Poulos es culpable de los hechos por los que se le acusa y que deberá pagar una larga condena en alguno de los centros penitenciarios del país.
La declaración de Poulos
Este caso tuvo un giro de 180 grados, el 7 de marzo de este año, cuando unas declaraciones del Poulos parecieron haber esclarecido algo de lo que pasó la noche en la que Valentina fue asesinada.
En el interrogatorio, Poulos aseguró que él sí pudo haber asesinado a Valentina pero no con intención premeditada de esto, sino en medio de un acto sexual en el que, de mutuo acuerdo, aplicaban la asfixia para aumentar el placer. Eso fue lo que argumentó el asesino de la joven Dj.
Según la última versión de Poulos, antes de ser condenado, la pareja había estado de fiesta durante todo el 21 de enero en el apartamento que habían alquilado en el norte de Bogotá; luego de eso, fueron hasta una reconocida discoteca de la ciudad donde la DJ tenía que dar un show, allí estuvieron con los dueños del lugar bebiendo alcohol y consumiendo drogas.
Sobre las 2 de la mañana del 22 de enero, Poulos y Trespalacios regresaron al apartamento. “Seguimos de fiesta. Estábamos consumiendo alcohol, tres bolsas de Tusi y fumando Hooka”. Sin embargo, Poulos aseguró no recordar cómo regresó al apartamento y dice que los hechos de esa noche son difusos entre sus recuerdos.
“No recuerdo cómo volví al apartamento. Recuerdo despertarme con la ropa y los zapatos puestos. Valentina estaba al lado mío. (…) Yo estaba en un estado inducido por las drogas y el alcohol”, expresó.
Pero lo clave dentro de su declaración, que podría ser tomada como una confesión para la justicia, apareció cuando Poulos narró el momento en el que se percató de que Valentina había amanecido sin vida.
“Me levanté, me fui a bañar, vi a Valentina, traté de despertarla, pero no respondió. (…) Estaba destruido, a ella la amaba, había estado con ella nueve meses. Imagínense matar a alguien que uno ama. La habitación me daba vueltas”, sostuvo.
Una decisión implacable
El juez del caso fue implacable con John Poulos en medio de la lectura del sentido del fallo. Según el criterio del togado, el ciudadano estadounidense tenía plena conciencia de lo que estaba haciendo y haber asesinado a Valentina tenía una finalidad y “era vengar una supuesta infidelidad fundamentada en unos celos incontrolables”.
El juez también señaló que Poulos instrumentalizó a su víctima al querer tenerla controlada y que hiciera lo que él quisiera. “Este hombre aparentaba ser el gran señor y en realidad no lo era y por eso le puso una trampa a Valentina (…) le dijo que se iban a ir a vivir juntos y Valentina inocentemente se montó en ese carro porque él la tenía convencida de que se iban a casar y a formar una familia y todo eso era mentira, él no tenía intención de quedarse aquí en Colombia”, anotó el juez.
Además de esto, el juez también se fue contra el abogado de la defensa quien declaró en varias ocasiones que no había prueba de la violencia ejercida por Poulos sobre Valentina. “Uno no puede ir en contra de la evidencia (…) a Valentina la golpearon antes de asesinarla y era una niña frágil porque hace unos meses la habían operado. Ella se defendió y sí hubo esa combinación de violencia física y psicológica y sí se configura el delito de feminicidio”.
Por estas razones, el juez determinó que Poulos era culpable de los delitos de feminicidio agravado y alteración y ocultamiento de material probatorio. La Fiscalía pidió que se le aplicará la pena máxima para estos casos que es de 47 años y medio y que se le retiraran todos los beneficios como la casa por cárcel y la reducción de penas.
Ante este panorama, la defensa de Poulos señaló que no tenían alegatos tras la lectura del sentido de fallo, pero sí, solicitaron que se trasladara al ahora condenado al pabellón de extraditables de la cárcel La Picota pues donde en el lugar de reclusión que tiene ahora “estaría siendo víctima de xenofobia y malos tratos por cuenta de otros privados de la libertad”.