Por Santos García Zapata
Imposible hacer una revolución ni siquiera un mediano cambio en la sociedad si no se respeta o se tiene dignidad. En estos últimos 40 años ha existido una perdida parcial de dignidad en cientos de miles. Otros cientos de miles no respetan la dignidad de las personas. El prerrequisito indispensable de todo revolucionario en primera instancia un respeto inconmensurable de la dignidad de sus semejantes Un revolucionario que no respeta la dignidad de sus compañeros es una basura, una escoria. Igual la empleada de un centro de salud que no respeta la dignidad de los pacientes por su condición económica; peor si trabaja en un centro de salud regido por religiosas (monjas).