LeBron James ha batido en la madrugada de este miércoles el récord de anotación en la NBA, una marca que parecía que jamás caería, que aguantaría el paso del tiempo sin que ningún deportista fuera capaz de superarla. El jugador de los Lakers aumentó su leyenda al convertirse en el máximo anotador de la historia de la NBA, superando nada más y nada menos que a otro mito como Kareem Abdul-Jabbar.
Para lograr el nuevo récord necesitaba 36 puntos y con los 38 que anotó ante los Thunder -partido que han perdido los californianos (130-133)-, el jugador de Akron supera por dos puntos los 38.387 de la otra leyenda del equipo angelino. La nueva marca de LeBron es de 38.389 puntos y la irá aumentando, pues tiene por delante, esta temporada, más de 20 partidos al margen de que su equipo se clasifique o no para los play-offs.
La estrella angelina solo requirió de tres cuartos para convertirse en máximo anotador de la historia y, cuando por fin lo logró, LeBron levantó los brazos hacia el cielo en medio de la euforia en el pabellón Crypto.com Arena de Los Ángeles.
Ante semejante gesta, la NBA interrumpió momentáneamente el partido y rindió tributo a un LeBron con lágrimas en los ojos y que dio a las gracias a su familia, a sus amigos y a sus compañeros. «Toda vuestra ayuda, toda vuestra pasión, me han ayudado a llegar a este punto», afirmó. También dijo que «ni en un millón de años» habría soñado algo mejor de cómo fue esta noche mágica.
Abdul-Jabbar, presente en Los Ángeles para ver cómo LeBron le arrebataba un récord vigente desde 1989, se abrazó con King James en el centro de la pista y posó para la foto del relevo entre dos mitos del baloncesto.
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