Por Santos García Zapata
Leyendo Shakespeare en el British Museum; Su vida era una biografía de “mediocridad misteriosa”. Creía que sus obras habían sido escritas por Dios por su universalidad cognoscitiva. Unidad de todos sus personajes, lingüística inmensa y sinfónica. La más profunda comprensión de los misterios universales del alma humana podían ser solo escritos por el Creador. ”Era el año de 1963; Londres se preparaba para el cuatricentenario de Shakespeare.
Hoy “Los medios de comunicación electrónicos destruyen el discurso racional. Producen una mediocracia. Tienen una arquitectura especial. Debido a su estructura anfiteatral, los receptores están condenados a la pasividad. (…) Declive del juicio humano donde cortos videos cargados de frases banales, epítetos sosos ocupan el puesto del razonamiento.