El mal es temporal, la verdad y la justicia imperan siempre
Por Brayann Baptiste.– Diferentes diagnósticos acerca de la realidad política y social, concluyen que Venezuela vive la peor tragedia de la historia contemporánea, lo que supone la extinción total de todo rasgo de civilidad y un absoluto retroceso en la calidad de vida de sus ciudadanos, a tal punto que el programa mundial de alimentos de Naciones Unidas cataloga al Estado venezolano dentro de los cincos países que podrían enfrentar «múltiples hambrunas de proporciones bíblicas», no obstante hay un significativo deterioro de servicios públicos y un colapso total del sistema de salud pública, verbigracia, la incapacidad para atender a la pandemia que azota a la humanidad.
De forma injusta hay quien afirma que «no queda nada por hacer», aseguran que se ha perdido la esperanza y los venezolanos nos acostumbramos a vivir mal, contribuyendo así con la narrativa propia de los regimenes autoritarios, en sus diferentes categorías, híbridos, hegemónicos o semi-totalitarios, que intentan someter a la población al temor , la inacción y la desmovilización, promoviendo la idea de ser sistemas heroicos e invencibles, para ello utilizan la técnica del control social, pretendiendo convertir a los ciudadanos en súbditos.
A pesar del grado de destrucción del tejido social y la deformación cultural, producto del desasogiego y el estado de anomia, se mantienen vivas las señales de lucha, no solo por subsistir, siendo esta una condición elemental para la vida, sino que además hay intención de cambiar la realidad, esto debido a una importante característica de sociedades que ya han disfrutado de un periodo de gobierno democrático, prevalece la memoria historia y la conciencia de lo que en otrora significo el vivir en democracia, que aun con sus imperfecciones, significó bienestar, calidad de vida, justicia social e igualdad de oportunidades.
En la actualidad se entiende la democracia, no como concepto abstracto, sino como garantías que benefician directamente a la cotidianidad y al libre desenvolvimiento de la vida en general.
Las últimas manifestaciones públicas, se suman a las expresiones que se vienen dando desde el año 2000, con mayor ímpetu en el año, 2015, 2016,2017 y 2019, demostrando así, que el país jamas se ha detenido en el reclamo por las justas reinvidicaciones sociales y el deseo de redemocratizarse.
Hoy en dia la lucha trasciende de las diferencias por criterios políticos, se trata más bien del deseo del 80% de la población de vivir medianamente bien.
Sin importar la distinción de clase social, étnica o racial, o si se es chavista de base u opositor, los venezolanos en general somos víctimas de una pequeña élite aferrada contra viento y marea al poder. De manera que nuestro principal reto es unirnos como sociedad política y racional para organizarnos, construir red ciudadanas y encaminarnos hacia la exigencia de una solución pacífica a todo este atolladero.
En la medida en que siga aumentando el costo de represión y bajen los costos de tolerancia, es decir se ofrezcan las garantías necesarias, y a la vez aumenté el sentimiento en la ciudadanía de que el cambio es posible, se abrirán las puertas hacia una posible transición democrática.
«El mal es temporal, la verdad y la justicia imperan siempre»: Rómulo Gallegos.
1 comentario
mucho bla bla y no dices nada ,si vas a votar o no, si no votas eres un defensor de ese gobierno erratico que mencionas