Ya no se trata de expropiar empresas o hacerle la guerra a los millonarios: el presidente de Brasil, Luiz Inácio da Silva, de clara tendencia socialista, prefiere ahora que los muy ricos paguen impuestos mínimos sobre sus fortunas para ayudar a erradicar la pobreza extrema y el hambre mundial.
La ambiciosa iniciativa personal de Lula, líder de la izquierda latinoamericana y quien aspira con ella erradicar el hambre y la pobreza de aquí al año 2030, consiste en que 3.000 super millonarios paguen 2 % de impuesto sobre sus fortunas, lo que podría acumular 250 mil millones de dólares cada año.
Un reto enorme, ya que las cifras oficiales señalan que, en el año 2023, el 9 % de la población mundial ha padecido de hambre, es decir, 733 millones de personas según el último informe presentado en julio por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otras agencias de la ONU.
La propuesta de Lula ha sido e incluida entre los objetivos de «La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza» anunciada hoy por el presidente brasileño en el marco de la Cumbre de Líderes del Grupo de los Veinte (G20), que se realiza en Brasil y cuyo objetivo principal este año es movilizar recursos para erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo.
«El hambre es producto de decisiones políticas que perpetúan la explosión de una gran parte de la humanidad. El G20 representa el 85 por ciento de los 110 billones de dólares del PIB (Producto Interno Bruto) mundial. También representa el 75 por ciento de los 32 billones de dólares del comercio de bienes y servicios, y dos tercios de los 8.000 millones de habitantes del planeta Tierra», apuntó Lula en el encuentro.
La alianza cuenta también con el respaldo de varias instituciones financieras que han mostrado su compromiso con la financiación de los programas necesarios, así como fundaciones filantrópicas y organizaciones no gubernamentales que han ofrecido su apoyo para fortalecer la causa.
Junto con la iniciativa, también fue anunciado un Consejo de Campeones, un grupo diverso de representantes de alto nivel cuyo objetivo es fomentar la participación activa de países, instituciones y organizaciones, así como ayudar a eliminar los obstáculos y facilitar el establecimiento de asociaciones concretas orientadas a la acción para la aplicación de políticas a nivel nacional. La primera reunión del Consejo de Campeones completa está prevista para el primer trimestre de 2025, lo que marcará el inicio de su pleno funcionamiento.
Hasta la fecha, 82 naciones, la Unión Europea y la Unión Africana forman parte de la Alianza Global contra el Hambre y es conocido que la tesis del economista Zucman ha tenido el apoyo total de Lula, quien desde la presidencia del G20 ha dado prioridad a los temas que conciernen a las naciones en vías de desarrollo, tales como la reducción de la brecha de desigualdad y las reformas a las instituciones multilaterales.
El economista Gabriel Zucman, autor de la propuesta, fue invitado especial de la cumbre para debatir sobre la fiscalidad de las grandes fortunas en el G20. Afirmó en rueda de prensa que es necesario un impuesto mínimo global coordinado sobre las grandes fortunas de al menos el 2 % anual.
«Si se aplicara, la medida tendría el potencial de desbloquear 250,000 millones de dólares adicionales en ingresos de impuestos. Lo más impresionante es que esta cantidad extra se generaría hoy con el impuesto mínimo del 2 % aplicado a un grupo restringido de 3,000 multimillonarios, un indicador de la concentración de la riqueza y de la necesidad de un sistema más equitativo que, en opinión del economista, contribuiría a reforzar la cohesión social y la democracia».
Zucman celebró la iniciativa de Brasil, que, como presidente del G20, llevó por primera vez el tema a la mesa de negociaciones de las mayores economías del mundo. «El liderazgo de Brasil al introducir este tema está impulsando un acontecimiento histórico», afirmó el economista de 37 años, que también es director del Instituto Tributario Europeo.
¿Y por qué gravar las fortunas si ya existe un Impuesto sobre la Renta?, le preguntaron.
Pero, según Zucman, la noción de renta no está bien definida, mientras que la de riqueza sí lo está. En el caso de Brasil, por ejemplo, un ciudadano asalariado paga el Impuesto sobre la Renta todos los meses, a través de deducciones en la nómina, mientras que los más ricos pueden reducir o simplemente no pagar impuestos recurriendo al asesoramiento jurídico y/o tributario.
El concepto de riqueza, especialmente la de los multimillonarios, según Zucman, está mucho más claro. Señala que existe buena información sobre el valor de las empresas propiedad de los superricos, muchas de las cuales cotizan en bolsa. E incluso cuando estas empresas no cotizan en bolsa, es posible estimar cuánto valen simplemente comparándolas con empresas del mismo tamaño y ámbito de actividad que tienen acciones cotizadas en bolsa.
Preguntado por la viabilidad de la propuesta, Zucman consideró utópico que todos los países se pongan de acuerdo en una solución única, pero dijo que no es necesario que todos estén de acuerdo para que se aplique la fiscalidad a los superricos. «No necesitamos un consenso global, se puede avanzar con una coalición de acuerdos».
-¿Cuándo entraría en vigor la tributación de las grandes fortunas?, le preguntaron
– No hay fecha límite, pero cuanto más pronto mejor.
El economista dijo que la propuesta había recibido reacciones positivas, señalando que la secretaria del Tesoro de EUA, Janet Yellen, había mencionado que la administración Biden tendría un proyecto similar. «Está claro que en países clave, como EUA, hay espacio para ideas como esta. Francia también está muy a favor”.
Ganador de la Medalla John Bates Clark 2023, la segunda más importante en el campo de la economía después del Premio Nobel, es autor de libros impactantes como «La riqueza oculta de las naciones».
Los analistas consideran que es pronto para saber si esta propuesta podría avanzar entre los líderes del G20, en especial cuando la actual administración demócrata de Estados Unidos está de salida y un segundo gobierno del republicano Donald Trump no garantiza que este acepte que los megaricos paguen impuestos y más aún para auxilios como estos.