Usuarios de la ruta entre Caracas y el Litoral Central denuncian, a través de redes sociales, la operación morrocoy de diversos gremios del transporte público.
Pasajeros hacen extensas filas en las principales paradas en la entidad federal tanto a primeras horas de la mañana como en las tardes. La preocupación es que las unidades “no aparecen”.
Las paradas más congestionadas son las de calle principal de Naiguatá, la urbanización Caribe de Caraballeda (cerca de los antiguos hoteles Sheraton y Meliá), en las afueras del terminal portuario de La Guaira, en el Polideportivo José María Vargas de Maiquetía y en el terminal terrestre de La Zorra, en Catia La Mar.
“Siempre llevamos las de perder, nunca piensan en los usuarios, que somos los que les damos de comer”, afirmó Carol Rada, que esperaba un bus en el coso deportivo de Maiquetía para trabajar en una peluquería de Propatria, en el oeste de Caracas.
Al lado de la joven, Mariana Colmenares repudió que los conductores escondan las unidades para obligar al gobierno nacional a incrementar el pasaje a 32 bolívares. “No juegan limpio, quieren empobrecernos más”, agregó.
Aunque no abundan opiniones mediáticas al respecto, los voceros del transporte público se muestran inconformes del pasaje oficial de la ruta a 23 bolívares para Catia La Mar, Maiquetía y La Guaira, y 26 bolívares para Macuto y Caraballeda, respectivamente.
La pretensión de los choferes es que se admita la base de cálculo del pasaje en el tipo de cambio del Banco Central de Venezuela, cuyo valor del dólar se acerca a los 32 bolívares.
Tal decisión corresponde al Ministerio de Transporte Terrestre, el organismo que autorizó el alza a principios de este año, nuevamente sin la publicación respectiva en la Gaceta Oficial.
“Es que esto no da, la gente cree que somos millonarios, pero no es así. Mantener una unidad cuesta muchos verdes”, afirmó Olegario Wilson, quien no tiene otros avances para cuidar “lo más posible” a su autobús marca Encava.
Abusos que son una eternidad
Las tarifas Caracas-La Guaira no suelen respetarse en horario vespertino, al momento de las lluvias ni durante los fines de semana, cuando muchos cobran un pasaje de dos dólares (Bs. 62) a los playeros.
Quienes se dirigen a los balnearios litoralenses repudian que la Policía Nacional Bolivariana y otros agentes de Caracas y La Guaira no les interese revertir esa irregularidad, calificada como “un abuso permanente”.
Jazmín Riccardi dijo que pensará su regreso a playa El Yate en Caraballeda, dado que el pasado domingo estuvo más de tres horas en una cola de pasajeros y cuando logró abordar una unidad le pidieron 4 dólares (Bs. 124) por ella y su hija de siete años de edad.
“No hay ley ni policías que puedan contra ellos (los transportistas). A uno se le quitan las ganas de ir a la playa en La Guaira, que es una de las pocas cosas que todavía podemos disfrutar”, indicó Riccardi, una maestra de preescolar que vive en la parroquia Candelaria.
Por Rafael Lastra Veracierto / cronicauno