Santos García Zapata
Antes de la llegada del Internet y las redes sociales el pasado estaba más cerca, había menos prisa y más profundidad; los libros y las buenas películas influenciaban profundamente a cientos de miles de seres humanos.
Como el péndulo de un viejo reloj oscilaba entre el pesimismo de Albert Camus y el optimismo de Jean Paul Sartre. Leí Antonio Gramsci; “Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”. Gramsci me permitió amar sin perjuicio a Boris Pasternak y Anna Ajmátova al igual que a Vladímir Mayakovski y Esenin, Pablo Neruda de Los versos del Capitán y el excepcional Cesar Vallejo.
Igual en el cine a Federico Fellini , Ingmar Bergman, La Pasión Juana de Arco de Carl Theodor Dreyer y ‘El Acorazado Potemkin’de Sergei Eisenstein considerada la mejor película de todos los tiempos y la Nouvelle Vague.
En los 70,80,90 y 2000 leí centenares de libros más, pero esa época de los sesenta con sus lecturas, sueños, pesadillas y visiones pesan sobre mi actual estado de ánimo es la parte esencial de mi Weltanschauung. Feliz Año Nuevo