El líder pastoral ha insistido, a partir del mensaje de su Asamblea plenaria del enero de 2024, en cuanto a la situación «duele e interroga, evidenciando el sufrimiento del pueblo venezolano en lo que respecta a salud, educación, alimentación, bajos salarios y corrupción».
En particular, en momentos en los que el país experimenta una de las más graves crisis y se encuentra a punto de un proceso eleccionario sin las «garantías suficientes» con un claro ventajismo por parte del gobierno, reseñó ADN Celam.
En cuanto a esto, monseñor González señaló que la falta de atención a los verdaderos problemas del país constituyen «una flagrante violación de los derechos humanos, que respaldan su condición de ciudadanos e hijos de Dios».
No cabe duda de que en el momento actual el sufrimiento de nuestro pueblo es enorme y los obstáculos de Venezuela son asombrosos. «Y no podemos permanecer indiferentes ante esta situación», añadió.
Coraje para comprender
El líder del Episcopado venezolano ha brindado a los ciudadanos de este país suramericano la oportunidad de adquirir «nuevas perspectivas de juicio y de acción, tanto a nivel personal como social».
Para los ciudadanos venezolanos, este tiempo es un momento de «grandes y grandes decisiones, capaces de transformar la vida cotidiana de las personas y la vida social, de acuerdo con el deseo de Dios».
Esto implica, como lo indica el Papa, una batalla, debido a que el niño necesita coraje para pensar, reflexionar y discernir lo que es bueno y lo que no lo es. Y también para detenerse en la oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano ante el hermano fallecido.
Garantías electorales
No cabe duda de que 2024 es un año decisivo para Venezuela, en particular, para su democracia y aunque se presentan rumores de desesperanza, el líder prelado señala que la soberanía se fundamenta en el pueblo venezolano, como se indica en el artículo 5 de su Constitución en cuanto al derecho al voto libre, consciente y secreto.
En consecuencia, lo mínimo que se puede asegurar a la población es la realización de unas elecciónes presidenciales de conformidad con las garantías establecidas en la Constitución y las leyes, y que impulse los grandes cambios que requieren nuestra nación. La capacidad política del pueblo venezolano es democrática.
A pesar de que Nicolás Maduro mantenga inhabilitaciones a candidatos, señor González piensa que «el proceso electoral debe ser una oportunidad para consolidar los valores democráticos».
Por supuesto, eso «exige el respeto de todos, de sus ideas y posiciones, y los derechos políticos; pero, en primer lugar, impulsar la participación activa del pueblo, un verdadero integrante de la sociedad que deseamos».
Residir en un país distinto
El obispo venezolano señala que las elecciones, llevadas a cabo en condiciones justas, requieren «valentía de la conversión» para alejarse de «la esclavitud de los repetidos planteamientos y promesas falsas presentados como verdadera».
Asimismo, hizo un esfuerzo por establecer condiciones justas que «favorezcan la persecución de aquellos que piensan distinto y la superación de la confrontación, el descrédito y la inhabilitación como medio de exclusión».
Se dijo que los líderes de la comunidad venezolana en su reunión de enero invitaron a todos «los elementos de la sociedad venezolana a un compromiso en la elaboración de una perspectiva compartida de país, teniendo como objetivo, la dignidad e importancia de la persona humana, de todos y cada uno de sus habitantes».
Dado que «los venezolanos emprendemos este camino de conversión, nuestro país tendrá una nueva esperanza», finalizó.