César Alonso
La casi totalidad de los medios de comunicación del país se desnudaron en su banalidad, superficialidad y parcialidad en el caso del coronavirus y los hechos de Macuto.
Esos famosos especialistas que tienen años presentándose como predestinados portadores de la verdad que han fracaso una y otra vez en sus pronósticos, señalamientos; que no tienen la vergüenza de pedir disculpas por sus errores, omisiones y equivocaciones. Todo eso tiene un sentido y objetivo que es el de ningunear a los partidos políticos. Cada portal informativo o medio de comunicación tiene su dueño o dueños cuya política informativa es servir a los intereses económicos y políticos de estos señores. La diferencia entre ellos radica solamente en el estilo desde chabacano hasta sofisticado y habilidoso. Son idénticos en la presentación de los fake news y en la manipulación de la información. Tenemos desde la Patricia Poleo hasta suss micro caricaturas. A nivel internacional tenemos un sujeto moralmente inescrupuloso como el peruano nacionalizado norteamericano Jaime Bayly que intenta dictar catedra como actuar y califica con su peculiar manera a los distintos políticos de Venezuela y de otros sitios.
Esta publicación La Tercera Ola que llega a cientos de miles y desea que próximamente sean unos cuantos millones romper el cerco de la censura no solo del gobierno sino de las variadas derechas venezolanas. Romper el chantaje de unos señores sin poder de convocatoria con sesgo anti partido que pretenden erguirse en la única alternativa a este gobierno autoritario e inepto.
El estrepitoso fracaso de esa última tentativa es el producto de todos esos señores, esa subestimación, estrecha visión y a la vez también por mampuesto es el obvio fracaso de esos miles de guerrilleros de las redes sociales que tanto han perjudicado a la oposición democrática y beneficiado al régimen.