El del dorsal 7 de la canarinha inquietó mucho a la defensa venezolana, en sus internadas por izquierda en las primeras de cambio. En una de ellas, por poco se gesta la primera anotación brasileña.
La contención criolla en el centro del terreno, fundamental para una buena defensa, sufrió una preocupante baja al minuto 15. El mediocampista del Girona, Yangel Herrera, debió abandonar el encuentro para ceder su puesto a Cristian Cásseres Jr.
Allí los brasileños hicieron honor a aquel dicho de tanto va el agua al cántaro, hasta que se revienta. Así llegó el gol de la verdeamarela en el 43′, al provocar una falta vinotinto. Fue Raphinha, que de tiro libre hacia el palo derecho abrió el marcador y silenció a la tribunal del Monumental de Maturín.
La historia cambió para Venezuela al minuto 46. El zuliano Jefferson Savarino, del Botafogo brasileño, dio una exquisita asistencia a Segovia, que disparó un misilazo hacia el vértice superior derecho, para que el público en el estadio gritara ¡gol!, y de esa manera se empató al inicio del complemento.
Dieciséis minutos después, tras una jugada en el área, donde Vini fue derribado, el VAR concedió un penal a Brasil. En el 62′, el canarinho trató de convertirlo para poner arriba a su selección, pero Rafa Romo protagonizó el tapadón de la jornada.
Antes de la finalización del partido, se activó el sistema de riego del estadio, y hubo ciertos escarceos entre Vinícius, Raphina, asistentes del árbitro colombiano Andrés Rojas y jugadores de la Vinotinto, pero no pasó de allí.
Con los tres pitazos, finalizó el compromiso y Venezuela alcanza 12 puntos y empata momentáneamente con Bolivia en el séptimo lugar, el que da la oportunidad para ir al repechaje mundialista.